Por: Oliver Coronado Paz
Las manecillas del reloj marcaban algunos minutos después de las 5:00 de la tarde. Las luces se apagaron. Los
Ese sábado de junio, fechado 19, concluía el ciclo “Cine Mexicano Actual” de Más Cine, el Cineclub del Universitario, y este hecho sucedía con una sala de videoconferencias, la marcada con el número 1 en el campus Ixtaczoquitlán de
Desde las primeras imágenes, De Nadie hacía eco en los rostros de los presentes: gestos de sorpresa, indignación y hasta de horror al ser testigos de la cruda realidad vivida por los migrantes centroamericanos que cruzan nuestras tierras, y que se presenta en este documental. Seguramente lo que más dolía era la cercanía de los hechos, pues la también ganadora del Ariel se grabó principalmente entre Orizaba y Amatlán de los Reyes. Así interactuaban con el filme.
Con camisa a cuadros, remangada hasta los codos; pantalón de mezclilla, lentes en el rostro y cabello alborotado, José Torres ofrecía un ambiente de confianza y cercanía a los asistentes, entre los que se contaron universitarios de la carrera de sociología de
“¿Cómo lograron que las autoridades se abrieran con ustedes?”, interrogaba al invitado de Más Cine un espectador en el momento de la retroalimentación, en las preguntas y respuestas; “éramos muy jóvenes, no creían que fuéramos muy en serio”, respondió José, “yo tan sólo tenía 18 años (de edad)”, comentaba el aun joven productor: este año, en octubre, alcanza los 27.
La interacción fue emigrando: de los gestos a las felicitaciones, a los buenos comentarios sobre el producto final y hasta a las denuncias por el maltrato a estos personajes.
“Es irónico que los mexicanos pedimos respeto para nuestros migrantes y aquí (en México) se les trata peor a los centroamericanos”, acotaba otro asistente, secundado por la mayoría de los presentes que asentían con la cabeza por tal afirmación.
A pesar de que los 82 minutos del filme hacía tiempo que habían pasado, el público permanecía atento y participativo cuando la palabra la tomó un experimentado del celuloide, el director Ricardo Benet, actual jefe del Departamento de Cinematografía de
Torres Cuéllar cerraba su participación, cuando el reloj se acercaba a las 8:00 de la noche, asegurando que a quien él admiraba era a los migrantes, pues “yo no tengo aún nada qué platicarle a mis nietos, ¡qué no podrán ellos platicarle a los suyos!”.
Después, un poco de formalidad: el agradecimiento y la entrega del reconocimiento al invitado de parte de los anfitriones, la vicerrectora de